domingo, 27 de mayo de 2007

Cita con la muerte

Como he leído en algún comentario que es posible hacer una crítica literaria y como acabo de terminar un libro, me ha parecido una buena idea escribir sobre ello. Es una novela titulada “Cita con la muerte”, escrita por la famosísima dama del crimen Agatha Christie. Después de cinco años escuchando decir a mi ama que me iba a gustar, me he dignado a leerlo. Como os diría ella faltaría más que no me los hubiera leído, después de que tuvo que comprar unos nuevos, teniendo los mismos pero en antiguo, porque a la señorita (o sea a mí) no le gustaba leer con aquel papel viejo.



Es un libro que sinceramente empecé a leer a disgusto, pero que al poco de empezar me enganchó rápidamente. Trata sobre el asesinato de una madre de familia manipuladora, que tiene gobernada de tal forma a sus hijos e hijastros que estos apenas salen de casa y nunca se atreven a desobedecerle. Aparte de tenerlos sometidos psicológicamente también los tiene atrapados económicamente, puesto que todo el dinero heredado de su padre, lo tiene y lo controla ella y los hijos no tienen forma de conseguirlo.



“Cita con la muerte” es un libro que recomiendo sinceramente que la gente lo lea, puesto que yo creo que será del gusto de casi todos. Es un libro que mantiene la intriga desde el principio hasta el final, con el que se disfruta muchísimo, a la vez que tu cabeza va cambiando de hipótesis respecto a la identidad el autor del crimen. Como suele ocurrir en este tipo de novelas de intriga nada es lo que parece y consigue que el lector aprecie el poder de la mente. Su protagonista es el conocido detective belga Hércules Poirot, personaje un tanto ridículo, pero que, a través de aparentes pequeños detalles, siempre termina por desentrañar un crimen que, en principio, parecía prácticamente perfecto Asimismo es una novela muy lograda en la que terminas por conocer con bastante exactitud la forma de ser de los personajes. También, cabe añadir que la manera de escribir de la autora es extraordinaria, puesto que el más insignificante detalle está trabajado. Además, como los libros de esta autora tienen bastante tiempo, mientras lo lees te sumerges en otra época y te trasladas a remotos lugares, introduciéndote así en un mundo de fantasía y en una especie de viaje puesto que la novela está ambientada en Jerusalén y los alrededores.



En mi opinión este tipo de literatura que se encuentra últimamente olvidada habría que rescatarla, dado que resulta muy enriquecedora y sirve para ejercitar las pequeñas células grises, como diría nuestro detective Hércules Poirot.

Nostalgia...



No sé porque se me ha ocurrido hablar sobre este tema, quizá será por mi pronta cumplida de los dieciocho. Cuando a un niño pequeño le dices ”hola txikitxu”, él casi seguro que te va contestar que ya es mayor. Parece ser que todos a la tierna edad en la que estemos en la infancia queremos crecer. Los más pequeños quieren ser mayores para poder tener el juguete guay que tiene un amigo o hermano mayor, los que ya tienen esa edad quieren tener un par de años más para poder enzarzarse en la gran aventura de ir al parque de debajo de casa ellos solos. Los que pueden bajar ellos solos quieren ser algo mayores para poder ver películas con tiros y a estos en cambio no les gusta su edad porque les gustaría quedarse hasta más tarde levantados o poder salir por la noche o simplemente utilizar un videojuego que es para mayores de trece años. Y por fin los que ya han conseguido rebasar esta edad preferirían tener la mayoría de edad para tener algo más de libertad. Y así sucesivamente.



Y así llegamos a la edad a la que estamos ahora…Y empezamos a creernos aquello que nos decían de que la mejor edad es la infancia. En aquellos lejanos tiempos en los que nos lo decían pensábamos que estaban muy equivocados puesto que nosotros siempre estábamos en la diana de las broncas. Pero ahora comprendemos que eso no ha cambiado y que a pesar de todo nuestra mayor libertad no compensa con todo lo que se le ha añadido a los “graves” problemas infantiles. Con todo esto parece que me disgusta enormemente mi edad, pero yo en realidad estoy encantada. Sin embargo, las preocupaciones y los quehaceres forman una gran montaña que cada año crece más.





Ahora estos problemas no se solucionan pidiendo ayuda a los padres o a los profesores y son la causa de muchos quebraderos de cabeza. ¿os acordáis de aquellos cumpleaños felices en los que nos juntábamos todos los de clase en alguna pollería con campa y todavía nos creíamos más mayores bebiendo kalimotxo(era una mezcla de coca cola, kas y agua. ¡¡Agg !!)? Quien no cambiaría una(una y no más) de nuestras increíbles noches por una de aquellas tardes de apasionantes juegos y pasárnoslo tan bien? Mi única preocupación “grave” aquellos días era la de que alguna madre marimandona de algún compañero mío no me obligará a comer un bocata de nocilla que aborrecía. Aquello en serio, me preocupaba ya tenía suficiente con la comida del jantoki.





Lo que quiero decir con esto es que nadie está completamente feliz con su edad, siempre tiene alguna pega aunque yo no la cambiaría por nada. La única diferencia entre las edades es que cuando eres niño las ansias decrecer tienen solución y cuando deseas ser más joven en cambio no la tiene. Alguna gente pasa por el quirófano para conseguir este objetivo, pero esto sólo cambia el aspecto, la edad permanecerá para siempre. Por lo visto el miedo a la edad va creciendo a la par que crece la razón.

Crecer significa tener más años pero también significa tener más sabiduría con lo cual es algo que se gana. Pensemos, los malos días ¿quién no querría volver a tener cinco años y pasarse las tardes en el parque? Pero no estoy muy segura si querría volver a pasar por los momentos malos. Sin embargo, siempre nos podemos aferrar a aquellos recuerdos como si fueran nuestro oso de peluche de aquellos tiempos. La intención de todo esto es decir que todos los momentos de la vida son necesarios para formarnos como personas y que no se pueden cambiar por mucho que uno lo desee y lo intente de todas las maneras. De todos modos por mucho que no te guste tu edad hay que disfrutarla al máximo. Aquella infancia feliz es la que convierte nuestra juventud como es ahora. Pensar en esos niños con la infancia robada… Hay que aceptar la edad que se tiene sin temor a decirlo puesto que ocultarla o mentir no le va sumar o restar los años que uno desee.



Y después de la pedazo charla esta sólo queda decir que no queda nada para el mejor verano de nuestra vida y que hay que disfrutarlo que para algo tenemos la edad que tenemos.




domingo, 20 de mayo de 2007

Como puede que sea mi futuro...



Voy a volver a hablar sobre un tema que ya toqué en algún otro post. Es algo muy actual y que despierta mucho interés en la población por ser algo de vital importancia (muy del comentario de texto). Supongo que habréis oído hablar de la huelga de los MIR que se esta llevando a cabo ahora y de la futura huelga de los médicos.



La huelga de los MIR es debida a los bajos salarios y a las pésimas condiciones laborales. Y es que resulta que los MIR de hoy en día son profesionales muy bien preparados, pero sin embargo su nómina no llega a alcanzar el estatus del famoso mileurista. Cobran siete euros por hora de guardia y, en términos generales, ganan la tercera parte que el resto de los médicos por hacer el mismo trabajo. Además, hay que tener en cuenta que los residentes tienen unas condiciones laborales inadmisibles. Llegan a trabajar hasta 36 horas seguidas y cubren el 80% de las urgencias hospitalarias. Esto conlleva, que a pesar de ser médicos en periodo de formación, no pueden dedicar a esta tarea el tiempo que sería necesario. En realidad los MIR son estudiantes, pero durante este periodo de tiempo no tienen apenas vida fuera de los centros sanitarios. Bueno, así por lo menos se soluciona el problema de la vivienda. ¡Vaya ironía!


Hablando de nuestro caso particular, Osakidetza se está yendo a pique. Por una parte por los problemas ya mencionados de los residentes y por otro, cabe añadir que la situación de los médicos de plantilla no es mucho mejor. De hecho, los médicos adjuntos están apunto de empezar su propia huelga. Está claro que el mundo laboral de los médicos no es en absoluto aceptable, como muy bien se refleja en las tan vistas series televisivas. Estas malas condiciones laborales están provocando una alarmante falta de médicos, sobre todo en algunas especialidades, problema que empieza a preocupar en serio puesto que la salud es lo más importante que tenemos. Ante esta tesitura se está planteando ya la posibilidad de retrasar la edad de jubilación y de importar médicos de otros países., aún cuando en este último supuesto se desconozca si su formación es tan buena como la de los médicos autóctonos.


En cualquier caso, este grave problema una exige solución a medio y largo plazo y no meros parches. Es de todos conocido que la mayoría de plantilla de Osakidetza ronda la edad de 50 años y que en la próxima década se va a producir una jubilación masiva de médicos. Hace falta llevar a cabo una buena planificación, que debe comenzar evidentemente por aumentar las plazas en las facultades de medicina. Y debe hacerse de una forma inmediata, dado que la formación de un médico requiere un mínimo de 11años. Además habría que incrementar el número de plazas MIR en determinadas especialidades que en la actualidad resultan deficitarias, como pediatría, cirugía y psiquiatría. Además, por supuesto, se deberían mejorar las condiciones laborales de los médicos. En caso contrario, ¿Quién va a querer estudiar una carrera tan larga y difícil, que exige una gran responsabilidad , para al final tener unas condiciones laborales y salariales muy inferiores a las de cualquier persona que realiza un trabajo no cualificado y sin responsabilidad alguna?

jueves, 17 de mayo de 2007

Y otro más...

No suelo hablar de política, puesto que me parece algo muy personal y que muchas veces acabas hiriendo a la gente. Por algo se dice que el voto es secreto. Pero esta vez voy a hacer una excepción y voy a hablar sobre algo relacionado con el tema. Y es algo que me ha sorprendido muchísimo y encima me ha parecido vergonzoso.


Resulta que, como ya habréis visto y oído los últimos días en la prensa y en los medios de comunicación, hay pueblos que no tienen elección a la hora de votar. Y es que, después de las ya conocidas ilegalizaciones de las listas electorales de ANV y ASB, pequeños pueblos de Euskal Herria, que no superan los1200 habitantes, se han quedado con una única lista a la que elegir. Y da la casualidad que ha resultado ser la del PP, en estos pueblos en los que la mayoría de la gente es de la izquierda abertzale. Estos pueblos a los que nos referimos, son pueblos de Gipuzkoa en los el que se habla únicamente en euskera. Hablamos por ejemplo de Lizartza, Elduain e Irura.



Y aunque no tenga porqué ser así, es sabido por todos que el euskera y el PP no casan. De hecho hay un odio mutuo entre los dos y aun más si son abertzales. Y ¿ qué se puede hacer en un caso como éste, en el que hagas lo que hagas siempre va a terminar saliendo el mismo vencedor?. Como he dicho en algún otro post ¿y qué importa lo que opine la gente? Y ¿Dónde se queda la libertad de expresión y decisión del pueblo si no pueden ni elegir? Esto ¿no os recuerda a los métodos de la dictadura, cuando las elecciones se celebraban en plan pamema dado que sólo había un partido político?




A mí me parece algo inadmisible en los tiempos que corren. Sabiendo encima que en algunos de estos pueblos, en los años anteriores el PP no ha conseguido más que unos pocos votos insignificantes. Parece que por ser un pueblo pequeño la gente no tiene derechos. ¿Acaso no somos todos iguales?. Y, por si todo esto fuese poco, en el caso de Lizartza, el aspirante a alcalde ni siquiera vive en el pueblo y, lo que es peor, vive a bastantes kilómetros, concretamente en Madrid.¿ Piensa acaso gobernar por video conferencia? Así, a simple vista, parece que importa más la opinión de los de fuera que las de los del mismo pueblo. Estoy hablando de algunos casos extremos, pero la verdad es que para las elecciones que se avecinan todo E.H. anda parecido. A mí, como se suele decir coloquialmente, me parece mazo fuerte.



No hay derecho que el desconocido extranjero, que no siente más que odio reprimido por el pueblo en el que va a gobernar, tenga poder y derecho suficiente para destrozar la cultura que se ha ido construyendo poco a poco esquivando los pesados diques interpuestos en el camino. ¿No os parece algo muy cruel destrozar a un niño un puzzle de 1000 piezas o una pirámide de cartas cuando los tiene a medio construir? Pues esto es algo similar.

lunes, 23 de abril de 2007

Destrozar por destrozar

Y ¿qué importa lo que opine la gente? Ese parece ser el lema de los dirigentes de éste, nuestro pueblo, Algorta Getxo. Y es que últimamente los mandatarios no dan pie con bola. La gente no está de acuerdo con sus planes de “progreso”, pero a ellos realmente les da igual herir los sentimientos de las personas del pueblo, a la vez que matan su vida y su historia. Por supuesto, me estoy refiriendo a las barbaridades estéticas e históricas que han planteado para destrozar en breve esta bella localidad costera. Hablo de la “masacre” del puerto viejo, que recientemente ha comenzado sus obras, o de las casas que quieren construir en Andra Mari, tirando los bonitos y acogedores “Baserris” de la zona, entre otras.



Es un tema polémico en nuestro pueblo, convertido en ciudad. Por una parte está la gente del pueblo, desde los niños hasta ancianos que superan con facilidad los ochenta años, y por otra parte está el ayuntamiento; como quien dice, cuatro monos vs gente honrada, no tan poderosa como ellos, pero una gran multitud. Siendo así, está claro que casi siempre el pueblo tiene razón; es muy difícil que se equivoque tanta gente. O ¿acaso no es más probable que se equivoquen los cuatro monos antes mencionados? Y pensemos un poquito en la gente que ha crecido, se ha hecho adulta y ha envejecido en la misma casa del puerto viejo, divisando siempre el mismo precioso paisaje en el que jugaba cuando la guerra. Imaginemos el vacío que sentirá esa persona por dentro, al ver que han destruido la querida Peña Galdaretxe para ensanchar el paseo marítimo, objetivo que podía haberse conseguido simplemente suprimiendo el tráfico de vehículos. Si a nosotros nos entristece profundamente este hecho, y no somos más que unos bebés comparados con ellos, pensemos en la pena y amargura que tiene que sentir esa pobre gente que ha pasado toda su vida en este precioso lugar. Ante este inexplicable abuso, la gente del pueblo ha empezado a barajar la posibilidad de que esta obra sirva para blanquear dinero.



Hay que tener en cuenta también, otros posibles daños, aparte de los estéticos y los sentimentales (que son los que más duelen). La contaminación que ha causado en el agua este progreso sin sentido, es incalculable. Por poner un ejemplo, este verano, ya comenzadas las obras, fuimos a bañarnos al puerto y salimos de allí como para pasar por el limpia coches o, mejor, por un programa de desinfección intensivo. Salimos del agua, verde es poco decir, y los picores producidos por la mugre nos duraron varios días (a mí algo más, por mi piel extremadamente sensible) La verdad, es que las aguas del puerto viejo nunca han estado muy limpias, pero, aun así, no nos importaba bañarnos en ellas. Ese agradable baño de verano antes olía a algo refrescante y agradable mezclado con el encanto de la belleza de aquella antigualla, pero ahora huele sin finuras, a pura mierda (siento la expresión).



Y si esto fuese poco, también piensan en destrozar el puerto poniéndonos un asqueroso balneario para pijos, donde ahora hay un aparcamiento, que es donde son celebradas las famosas e increíbles fiestas del puerto viejo. Esta construcción, además de imposibilitar la celebración de las fiestas (que ya es bastante), contribuirá al desmorone estético de esta parte de nuestro pueblo. De hecho, va a dejar de ser nuestro bonito puerto VIEJO, como su propio nombre indica. Aunque yo no haya nacido en el Puerto Viejo, me siento muy orgullosa de que sea parte de mi pueblo. Además de esto, va a hacer que el pueblo se convierta en zona de veraneo de muchos turistas ricos y pijos, que harán que poco a poco cambie nuestra forma de vida y nuestra cultura. Lo mismo sucedió con la construcción del puerto deportivo hace unos años y llenó la zona, sobre todo los fines de semana, de gente que se cree superior por tener un par de yates o un coche para cada día de la semana. Sinceramente, no tengo nada personal contra este tipo de gente, pero no me gustaría que en el puerto viejo se respirase el mismo aire de superioridad que hay en el deportivo. Como tampoco me gustaría que esto se convirtiera en típica ciudad de vacaciones llena de gente, discotecas, clubs, y otras tantas atracciones para turistas. A lo que me refiero es que no quiero que Algorta sea como Benidorm, Marina D´or o Torrevieja. Como bien dicen los carteles y la gente “hau ez da Marbella”.


Nuestro pueblo no es el único que sufre este tipo de agresiones; son muchos los ejemplos, como Mutriku, los molinos de la sierra de Elgea, los atentados ecológicos del AHT, Bakio…



lunes, 2 de abril de 2007

La otra historia de las torres gemelas

Os voy a contar una historia. En realidad no se por qué se me ha ocurrido ahora esto, pero me he acordado y, como todos alguna vez, he sentido nostalgia de aquellos tiempos felices, en los que todo era color de rosa y en todo momento tenías a los aitas para ayudarte. Los problemas no existían, pero dejamos hace mucho aquellos inolvidables años atrás.

Era 24 de diciembre de 2001. Como es habitual ese día, se celebra la Nochebuena y la gente suele tener la costumbre de juntarse con la familia. Aquel día no fue una excepción y así lo hicimos, después de ver la ya habitual quema de Olentzero. Hay que decir que yo por aquel entonces llevaba ya tiempo sin creer en el personaje mitológico, pero me hacia muchísima ilusión aun así. Pues como todos los años nos reunimos en casa de mi tío a pasar la noche, realmente no dormimos allí, pero solemos estar hasta las seis de la madrugada, así que vale la expresión. Después de cenar divinamente (como siempre que cocina mi amatxi) los mayores se pusieron a hablar de temas de adultos, que en aquel entonces no me interesaban en absoluto. Para este momento estaba bien pasada la medianoche. Fui a ver lo que estaban haciendo mis adorables primos que llevaban tiempo desaparecidos, no está de más añadir que soy la mayor y que siempre me han puesto a cuidarlos. Me asomé a la habitación de mi primo, así como con un poco de miedo, y no era para menos. Estaban como salvajes sumergidos en medio de una pelea de almohadas, balones, pelotitas y cualquier otro objeto que no usaría nadie prudente. Aquello parecía una batalla campal o incluso peor, no se podía entrar sin sufrir daños irreversibles. Fue entonces cuando mi prima Irati, que por aquel entonces tendría unos siete años, me miro con carita de pena, de esa con la que miran los niños. Me temí lo peor. Resulta que arrastraba consigo un tablero de ajedrez y, aunque no me pareció el mejor plan para Nochebuena, como buena prima mayor, me puse a jugar con ella. La pobre estaba aburridísima del griterío y del lanzamiento de objetos.

Así que nos pusimos a jugar a ese juego que llaman deporte, pero, tengo que reconocer, que a mí no se me de muy bien y que Irati siempre ha sido una hacha. Mientras tanto, teníamos a los demás alrededor nuestro continuando con el jueguito. Descubrí a lo que estaban jugando. A un lado, y subidos encima de la cama, estaban “Bin Laden” y los amigos de éste, y al otro lado, con la mesa de guarida, se encontraban los enemigos de estos, que supuse que serían los estadounidenses. Gritaban cosas como “hemos ganado”, “ríndete Bush” o “las torres gemelas han pasado a la historia”. Ya se sabe que los niños no entienden lo que puede suponer un atentado de tal magnitud y aprovechan cualquier cosa como juego. A todo esto la partida “emocionantísima” de ajedrez estaba llegando a su fin y perduraban en el tablero mi rey, mi
reina, mis dos torres y un caballo. Irati, en cambio, tenía los dos alfiles, el rey, un caballo y algún que otro peón. Fue entonces cuando un tiro de balón, de alguno de estos niños locos que tengo por primos, derribo la lámpara. La lámpara, con forma de avión, cayó sobre el tablero, derribando mis dos torres y dejándonos a oscuras.

Fue así como Bin Laden triunfó dos veces el mismo año. Sin embargo, en diciembre en el avión iba pilotado por el mismísimo pato Lucas y los “terroristas” eran unos niños euskaldunes ( no arabes ), ninguno de los cuales superaba los diez años.

domingo, 1 de abril de 2007

Un tópico o lo típico...

“Luego me llamas al móvil” o “mándame un mensaje cuando te enteres del plan” son unas frases muy comunes en nuestra sociedad. Los teléfonos móviles son algo relativamente nuevo pero es instrumentito que ha “forrado” a más de uno.

Hace unos diez años o incluso menos los móviles eran algo fuera de lo común. Los dueños de aquellas cosas que al resto del mundo nos parecían innecesarios o simplemente un lujo impermitible. Mirábamos a los primeros usuarios de las telefonías móviles como si fuesen bichos raros y, aunque parezca mentira, imitábamos a los pijos con un “ladritel” de los nuevos en la mano. Ahora dicho, parece algo hecho por un grupo de niños tontos, pero aunque éramos muy niños nosotros todavía (como os lo habréis supuesto ya) no éramos niños impertinentes que no paraban de molestar, sino que, a nuestra manera, expresábamos que aquello era algo que solo se veía en películas de gente “super guay” .Son agua pasada los tiempos en ibas a la cabina y llamabas a casa y le decías: “amatxu ven a buscarme a las ocho y media que los aitas de mis amigas vienen a esa hora”. Pero los tiempos cambian, y mucho, y ahora el que no tiene un móvil es como si fuera el rarito o estuviera excluido, puesto que no estaría integrado por no poder mantener apasionantes conversaciones con los colegas (que como ya mencioné una vez son importantes y son utilizadas para el marujeo).

Nunca he sido muy amiga de las nuevas tecnologías, dado que los ratones del ordenador se me resisten, los cascos del MP3 se me caen y todavía no he conseguido saber que es exactamente un “ipod”. Sin embargo, como todo, tiene sus excepciones que confirman la regla. Pues si, los móviles son mi pasión, no todos, pero el mío para mí es indispensable. Ahora me hace gracia cuando viene mi ama a que le lea los mensajes porque de momento sólo ha aprendido a llamar.

Lo que yo estoy queriendo decir con este artículo, es que el uso de los teléfonos es abusivo (para que no vamos a engañar, mi uso también es excesivo), y aún no conocemos a ciencia cierta los efectos nocivos que pueden traer los móviles bajo el brazo. Y es que son muchos los que dicen que las ondas son malignas y que pueden producir cáncer. Mi tío, por ejemplo, no te deja acercarte a él si llevas uno de esos “virus“ como dice él. En mi opinión le damos demasiada importancia a estos “cacharritos”, mucho más de la que deberían tener. Porque, puestos a pensarlo, no es nada del otro mundo y podríamos vivir sin él. Yo, sinceramente, lo dudo por que la verdad es que tengo cierta dependencia de mi amigo el móvil. Y no es el hecho de tener un teléfono repleto de increíbles avances lo que me gusta, sino simplemente tener el placer de comunicarme en mis propias manos. Si nos dedicáramos a pensarlo durante un tiempo, nos daríamos cuenta de que más de la mitad de las veces que usamos el móvil no son indispensables y que en otros tiempos no habríamos ido a buscar una cabina; cosa que ahora, aunque lo intentaras, no encontrarías una en tres kilómetros a la redonda, al menos que funcione. La verdad es que creo, que esto se está convirtiendo en una pequeña “pandemia” y que dentro de menos años de los que esperamos habrá un enfermedad tratada médicamente llamada movilmanía que la padecerán los movilómanos. Ahora incluso hay anuncios de cosas tan absurdas como móviles con sonidos de animales y forma de estrella, creo que todos sabemos de que anuncio hablo. Nos pasamos el día entero quejándonos por la ruina que es el móvil, pero la verdad es que no lo utilizamos debidamente. Es multitud la gente que envía sms-s que dicen “me aburro” o “he visto a tal por la calle” que son totalmente innecesarios. Pero, sin embargo, todo el mundo lo hace sin poder remediarlo. Todo el mundo se ha encariñado con la simplicidad y la complejidad del móvil, incluso la gente que no creías que lo haría, como por ejemplo mi aitite y mi amatxi, entre otros.

Pero, aunque la mayoría de la gente crea que es excesivo el uso de dicho “tramankulo”, no se puede hacer nada para controlarlo, pues quien más quien menos ha encontrado en el móvil una ayuda o una facilidad. Deberían advertir al comprarlo de que “produce dependencia y puede dañar gravemente su salud” como lo hacen en las cajetillas de tabaco. Pero yo hay una cosa que no entiendo y es que “¿como hacían nuestros aitas y aitites para localizar a los amigos si por algún motivo no podían quedar a la hora, en los cualquiera de los lugares de este enorme pueblo?” A mí que me cuenten el truquillo, que mi economía depende de ello.