Dicen que los buenos amigos se cuentan con los dedos de una sola mano, pero los momentos buenos (y malos) vividos con ellos no podrían contarse ni con todos los dedos de todos los habitantes del mundo. Y dice un viejo dicho que el que tiene un amigo tiene un tesoro, y los refranes y dichos no mienten. Y de eso precisamente voy a hablar hoy, de los amigos. De hecho, en la etapa en la que estamos los amigos forman parte importante de nuestras vidas. Gracias a ellos un pesado lunes abarrotado de asignaturas interminables puede alegrarse y convertirse en un lunes ameno y lleno de confidencias. Las cosas que no tienen sentido para la gente en general, sí la tienen para los amigos. Ejemplo de ello puede ser cuando en medio de una clase vuelves a la infancia y le sacas la lengua a alguno de ellos; este gesto no es interpretado por él/ella por algo ofensivo o malo como en primaria, sino como un gesto de cariño que hasta te hace ilusión. Una sola palabra, incomprensible para el resto de la gente, puede ser algo tan inteligible para los amigos como toda una frase; son las palabras clave. Y hacedme caso cuando os digo que todas las palabras pueden tener doble sentido, como por ejemplo “lápiz”, que para mí tiene doble sentido, o incluso triple. También es muy característico entre amigos, darle a uno un codazo cuando algo te sorprende y no quieres que se enteren los de alrededor; en breves momentos su mirada te demostrará que estaba pensando lo mismo que tú. Los buenos amigos meten la pata también, si tú la has metido antes, para que no estés sola. Ellos son conocedores de detalles insignificantes de tu vida, pero que con todos ellos se compone una sólida amistad. Para todos será un recuerdo inolvidable las largas conversaciones telefónicas del anochecer sin decir nada prácticamente. A este momento va unido el grito de tu ama que dice “¿qué tienes que contarle, si has estado toda la mañana y parte de la tarde con ella?, haz el favor de colgar el teléfono”. Resulta que los adultos no entienden que es diferente hablar cara a cara o por teléfono, puesto que las cosas no suenan igual. Ellos nunca entenderán que llames a alguien con la mítica excusa de los deberes, para que no piense que eres una pesada, cuando quieras contarle algo. Pero los amigos nunca pensarán eso porque en realidad están deseando oír tu voz. Son situaciones memorables también la tarde en la que no paras de reírte, aunque no haya una razón aparente para ello. O aquella otra noche que tienes intención de irte de fiesta, pero, en vez de eso, te dedicas a mirar a las estrellas, mientras filosofas sobre cosas absurdas, hasta las seis de la madrugada, sin apenas darte cuenta de que está amaneciendo. No se si os pasará a todas, pero algunas amigas incluso saben el día exacto en el que me va a bajar la regla, o perciben el cambio de mi colonia con solo acercarme. Con la expresión de tu cara saben con exactitud como ha transcurrido tu día anímicamente y, por supuesto, si el día no ha sido uno de los mejores, irá a pasar contigo lo que queda de él. Por supuesto, los amigos por excelencia se reconocen en los momentos en que la vida te da un vuelco negativo. A partir de ese momento tendrás una especie de escolta todo el rato encima, abrazándote continuamente y preguntándote por tu estado anímico, incluso llegas a pensar en los pesados que son. Las situaciones que pueden parecer aburridas u odiosas, cuando las compartes con un amigo, se convertirán una experiencia alegre y compartida y se recordará con añoranza, como por ejemplo la noche de la pelea en Italia; fue horrible, pero la vivimos todos juntos. Sin embargo, hay momentos en los que tienes que decir a los amigos, por su bien, cosas que les molestan u ofendan. De hecho, estas situaciones sólo las vivirás si en realidad quieres a esa persona, puesto que si no te importa en absoluto, nunca le dirías nada desagradable y, simplemente, le sonreirías falsamente. Te das cuenta de que estás tan unida a los amigos cuando nuestros gestos empiezan a parecerse o nuestros gustos más significativos coinciden. Ellos conocen los entresijos más remotos de tu vida, a veces piensas que incluso saben más de tu propia vida que tú misma. Incluso se acuerdan de pequeños problemas que tú ya has olvidado, por el hecho de que transcurrieran tres años atrás. Ahora bien, ellos los recuerdan porque son cosas sin importancia pero con valor. También cabe añadir, que ellos serán los primeros en saber algo que nos ha pasado, aunque les tengas que enviar un mensaje a las cinco de la mañana, aún a riesgo de despertarles. Los amigos detectan tus mentiras con mas precisión y mas rápidos que un polígrafo.Es bastante normal la tarde entera que te pasas llorando por una peleílla tonta que has tenida con algún colega, mientras te remuerdes por haber dicho aquello que podías haber evitado. Es común también la habitual situación en la que llevas una hora entera alisándole el pelo a una amiga, para que cuando se mire al espejo te diga que no esta suficientemente liso. Y lejos de enfadarte, le sonríes y estás otro rato haciéndoselo encantada, de hecho, te lo pasas fenomenal. Los consejos dados por los amigos, puede que no sean los mas adecuados, pero son los mejores, ya que están dados desde el cariño. Ellos son los definidores de nuestra personalidad, y esto no lo digo sólo yo, sino que lo dicen también los científicos. Los amigos no valen nada (de dinero) y lo valen todo para ti; como se suele decir darías la vida por ellos.
En definitiva, ellos son de lo que más importa en la vida y no puedes describir todo lo que son los amigos, es imposible, es algo que hay que vivirlo. Nunca les das las gracias por ser amigos tuyos, pero, ni intentándolo, conseguirías darles las gracias tanto como se lo merecen. Aprovechando esto querría decirles, que gracias a ellos mi vida es como es y que no los cambiaría por nada y que son los acompañantes que quiero tener en este sendero espinoso y lleno de obstáculos por el que vamos. Me enorgullece tener unos amigos así, dado que les adoro. Así que ya sabéis, si tenéis un amigo no le dejéis escapar; es lo mas valioso que vais a tener.
En definitiva, ellos son de lo que más importa en la vida y no puedes describir todo lo que son los amigos, es imposible, es algo que hay que vivirlo. Nunca les das las gracias por ser amigos tuyos, pero, ni intentándolo, conseguirías darles las gracias tanto como se lo merecen. Aprovechando esto querría decirles, que gracias a ellos mi vida es como es y que no los cambiaría por nada y que son los acompañantes que quiero tener en este sendero espinoso y lleno de obstáculos por el que vamos. Me enorgullece tener unos amigos así, dado que les adoro. Así que ya sabéis, si tenéis un amigo no le dejéis escapar; es lo mas valioso que vais a tener.
3 comentarios:
amaaaa aneee!!! que me haces llorar!!! ya me acuerdo ya de esa noche que nos pasamos filosofeando! pero se te a olvidado mencionar las tardes en mariacris con helados de aberasturi!! jaja.
oso polita ane!!!
Oso polita Ane! Y cuanta razón tienes. Hay que cuidar mucho a los amigos; duele mucho tener un amigo, no cuidarlo bien por falta de tiempo y descubrir que tu relación con él ya no es como era antes.
P.D.: Ya sabía yo que tu no tenías tantas dudas de química, la cosa es que te aburres en casa, jeje.
muy emotivo Ane, y que facilidad de palabra... oso ondo.
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